El proceso alérgico
o de hipersensibilidad, se desarrolla en dos estadios:
Sensíbilización:
Un
primer contacto entre el alergeno y el sistema ínmunitario, no produce
síntomas, dado que se realiza un proceso de reconocimiento del alergeno
y su procesamiento por macrófagos y linfocitos T, que se traduce en
la maduración y selección de linfocitos B, que tras su transformación
en plasmocitos, producen anticuerpos específicos contra el alergeno
del tipo IgE. Estos anticuerpos, se fijan a los receptores específicos
para el fragmento Fc de la IgE presentes en la superficie de mastocitos y basófilos.
Activación:
Sucesivos
contactos entre alergeno y organismo, conducen a la unión
de los mismos a los fragmentos Fab de la IgE, en la superficie de los mastocitos
y basófilos. Una molécula o epítopo alergénico,
que puentee dos de las regiones de reconocimiento del Fab, sobre dos moléculas
de IgE, activa directa o indirectamente enzimas de la membrana celular, que
inducen la liberación del contenido de los granulos de mastocitos y
basófilos cargados de sustancias químicas, así como también
promueven la síntesis de y secreción de citoquinas. Estos productos
liberados, denominados generalmente mediadores, son los responsables
de la
sintomatología alérgica.